Torre Mayor: un gigante en el mapa urbano de la Ciudad de México

Las edificaciones icónicas son un rasgo característico que comparten las ciudades más importantes del mundo, puesto que, se encuentran sustentadas por los contextos cultural, histórico y económico de cada población; influyendo de manera directa en la evolución del mapa urbano.

Por ejemplo, New York con el Empire State, Edificio Chrysler o Rockefeller Plaza. Por su parte, Dubai cuenta con el Burj Khalifa, Burj Al Arab y Princess Tower. En México, esta categoría ha sumado importantes torres, sobre todo en corredores de importancia como el Paseo de la Reforma en la capital del país como la Torre Mayor, perteneciente al portafolio de Fibra Uno, el Fideicomiso en Bienes Raíces más grande de América Latina.

Inaugurado en agosto de 2003, este edificio estuvo perfilado desde su planeación como punta de lanza para impulsar el resurgimiento y desarrollo del Paseo de la Reforma, recuperando el distrito de negocios de mayor tradición en la Ciudad de México. A la par de convertirse en un símbolo de productividad y eficiencia para oficinas de clase mundial.

Torre Mayor cuenta con 55 pisos y una altura de 225 metros, misma que la posicionó como el edificio más alto de América Latina durante siete años, hasta la eventual inauguración en 2010 del “Ocean Two” en Panamá. Torre Mayor está equipada con: 13 niveles para estacionamiento, 9 elevadores, 2,000 espacios de autoservicio, construcción de 150 mil m2 y más de 84 mil m2 en superficie para uso de oficinas.

Su desarrollo fue obra del empresario canadiense Paul Reichmann, reconocido por su liderazgo al frente de Olimpia & York, empresa internacional de bienes raíces, responsables en la edificación de 40 torres en ciudades como Toronto, Londres y Nueva York. Cabe destacar que Torre Mayor tiene un récord mundial por ser el único rascacielos en el mundo que no registró ningún accidente grave, ni muertes al momento de su construcción.

Tras dos décadas, el edificio se ha mantenido a la vanguardia en innovación y seguridad, excediendo los requerimientos establecidos en los Reglamentos de Construcciones de la CDMX y de California en Estados Unidos, sobre todo en el apartado sísmico, ya que: cuenta con 252 pilotes de hormigón y acero cimentados a más de 60 metros de profundidad, superando el suelo lacustre de la capital mexicana hasta llegar al subsuelo más firme, a la par de 98 amortiguadores sisimicos capaces de tolerar hasta 9.0° en la escala de Richter.

Como dato adicional, las operaciones de Torre Mayor están respaldadas mediante las certificaciones: “LEED O+M – Nivel Platino” otorgada por el U.S. Green Building Council y “PAAS” otorgada por la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México; refrendando su compromiso con la sustentabilidad y ecoeficiencia.

En relación con esto último, Felipe Flores, director de operaciones de Torre Mayor y presidente del Instituto Mexicano de Ciudades Inteligentes, Sustentables y Sostenibles A.C., ha afirmado que la operatividad hídrica de Torre Mayor es descarga cero: “ni una cubeta de agua va al drenaje público, el agua que utilizamos recibe un tratamiento sanitario y la reutilizamos, posteriormente después de varios ciclos de uso, esta se evapora. Tratamos de ser responsables con el uso de gua y marcar pauta para las medidas que deberían tomar todos los edificios”.

La planta de tratamiento para aguas residuales con la que está equipa Torre Mayor suministra 1,198m3 de agua al mes y otorga una autosuficiencia hídrica de hasta 4 días, reduce hasta un 40% el costo por cada m3 de agua y reduce hasta un 50% el consumo hídrico cada día.

 


Fuente:

  • Boletín e imagen cortesía de FUNO

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